¿Cuál es tu Ítaca?

Claves para establecer metas y alcanzar tus sueños.

Sucede a menudo que la rutina de nuestro día a día nos impide tener una visión global y más amplia de nosotros mismos. Antes de que nos demos cuenta, esa rutina se estará apoderando de nuestro día, hasta que nos vence y termina por adueñarse de nuestras semanas, meses, años…y finalmente descubrimos que perdimos el control de nuestra vida. Llegado ese punto muy probablemente nos demos cuenta de que no hemos vivido en consonancia a lo que en algún momento de nuestra vida nos hizo soñar, “expandirnos”, emocionarnos.

Desde el momento que dejamos de soñar, perdemos el punto de referencia al que llegar. La visión global se va tiñendo de gris y con ella se van desvaneciendo todas las acciones que podríamos estar llevando a cabo para estar cada día más cerca de ese sueño.

“Desde el momento que dejamos de soñar, perdemos el punto de referencia al que llegar”

Lo triste de todo esto es tener que envejecer para darnos cuenta que no alcanzamos aquello que pudimos llegar a ser con todos los recursos y capacidades que tenemos y que no utilizamos o nunca optimizamos. Simplemente porque no focalizamos la atención en un primer momento del “lugar” al que llegar…ese “lugar” que nos hace “resonar” al imaginarnos allí…nuestra meta. A mí me gusta llamarlo, ÍTACA.

Dicen que uno envejece cuando sus añoranzas superan sus sueños. Cierto. Los años son relativos cuando se habla de juventud o vejez. Entonces, ¿a qué esperas? ¿Quieres seguir siendo una de esas personas que pertenece al “Club de los objetivos ajenos”? ¿de esas que al no tener sueños, no tienen objetivos y por tanto de manera inconsciente facilitan que otros consigan los suyos en cierto modo “utilizándote”? Está muy bien compartir, ayudar… ¡Está más que bien! ¡Es fantástico! cuando se trata de seres queridos y más aún cuando lo haces de manera consciente y con amor, pero…¡agarra las riendas de TU vida! Si no, llegarás a pertenecer a los objetivos de otros sin tú quererlo y sin ningún rumbo. Ya lo advertía Séneca: “ No hay viento favorable para quien no sabe a donde va”. Marca la ruta del mapa de tu vida. Comienza con tu meta en mente.

¿Qué te inspira ? ¿Cómo te gustaría verte “allí -mañana”, en tu ansiado destino? Una sugerencia: toma consciencia de tu situación actual y de dónde y cómo te gustaría verte en quizás… ¿5 -10 años? Nunca se es demasiado joven o viejo para realizar este ejercicio. Hazlo ahora.

“¿Qué te inspira?”

Date un respiro, desafía a la rutina y quehaceres diarios…míralos a la cara, da un puñetazo en la mesa y di ¡basta!. La historia nos muestra muchos casos de gente exitosa que comenzó a emprender la aventura de perseguir sus sueños muy jóvenes y otros casos de gente ya muy entrada en una avanzada edad. Estás a tiempo. Tu pasado no es igual a tu futuro. Tu presente si que determina tu futuro. Comienza perseguir tu meta. Ya.

Ese será el primer paso que habrás dado para dirigir tu vida: dedicar tiempo a algo tan sencillo pero que tanto se suele descuidar como pensar en ti de manera consciente y en cual es tu Ítaca, tu meta, buscando una conexión entre lo que eres hoy y lo que deseas/sueñas ser mañana, persiguiendo que ese destino vaya alineado con tus valores, a tu yo más profundo, que esté alineado con tu esencia.

Hay muchas maneras para definir la meta que alcanzar. Como ejemplo podemos tomar la palabra “SMART” ( Specific/Específico – Measurable/medible – Attainable/alcanzable – Realistic/Realista – Time Paced/Programado por etapas en el tiempo )

La reflexión te ayudará a “aterrizar” ideas, pensamientos, pretensiones y en definitiva a comenzar a definir tu objetivo de manera racional. Estarás dando uso principalmente a tu Hemisferio cerebral izquierdo .

Describir es el primer paso para poder definir tu objetivo, esto estimula sobre todo tu Hemisferio izquierdo, la parte más racional. Pero podemos transformar los objetivos en sueños estimulando sobre todo el Hemisferio derecho…allí donde la imaginación toma rienda suelta, donde la emoción se desata e inicia el impulso emocional de desear desde lo más profundo de tu corazón. Razón y emoción. Cuando se ponen juntos, te hacen ser imparable.

Junta razón con emoción. Ambos son necesarios para lanzarte a por tu objetivo. ¿Qué sentirás cuándo hayas conseguido tu meta?

He tenido la oportunidad de trabajar procesos de Coaching con jugadores y jugadoras tanto de la Selección Española como Mexicana de Rugby así como con Directivos y Presidentes de empresas. Éste ha sido uno de los métodos empleados para llegar a conseguir grandes metas. Cuando la emoción es fuerte, se genera un impulso que nos facilitará la predisposición para pasar a la acción. En el momento que han encontrado un sueño potente y su porqué y para qué, se han puesto manos a la obra con una energía inagotable.

Imagínate allí habiendo conseguido alcanzar tu meta, tu sueño. Trata de ponerle color, sonido, olor, sensaciones. Trata de recrear todo el contexto incluso imaginar quien te acompaña y con quien estás compartiendo ese logro. El cerebro no diferencia entre qué es realidad y qué no. Pero cuando imaginas algo se generan impulsos emocionales muy similares a los que se producen si estuviera pasando en la realidad.

Es cierto que hay que ser realista al marcar las metas, pero nada extraordinario sucederá si no vamos más allá, si no exploramos otro nivel, si no soñamos. ¿Qué es ser realista? ¿a caso en su momento era realista pensar que el ser humano se podría desplazar volando a lo largo del mundo? ¿que apretando un botón, de repente una habitación quedaría totalmente iluminada? ¿que poniéndote un aparato en la oreja podrías escuchar y hablar con una persona en la otra punta del mundo?

“Stay Hungry, stay foolish”

¿Fueron todas las personas que consiguieron estos avances realistas? Claro que sí, pero por encima de todo, fueron soñadores. Bien es cierto que fracasaron en numerosas ocasiones antes de conseguir lo que pretendían y quizás por ello me vengan ahora a la cabeza las últimas palabras de Steve Jobs en su discurso en la Universidad de Stantford: “ Stay hungry, stay foolish»…estos grandes inventores, “game changers”, se mantuvieron firmes, hambrientos y alocados persiguiendo sus sueños hasta que lo consiguieron.

Tuvieron un “para qué” hacer las cosas. Citando a Victor Frankl “si tienes un para qué, podrás soportar casi cualquier cómo». Ese es el poder de los sueños.

Hace unos años, en la Universidad de Stellenbosch de Cuidad del Cabo (Suráfrica), estaba atendiendo un curso. Para mí, había una clase de especial interés: Jake White, entrenador de los Springboks Campeones del Mundo de 2007, nos daría una de las últimas charlas de la formación. Antes de poder atender a lo que para mí era semejante lujo, quería conocer más sobre él por lo que busqué en varias librerías de la cuidad hasta que encontré su libro “In Black and White”. Quedé impresionado al leer al comienzo del mismo un ensayo que Jake White escribió cuando aún iba a la escuela con unos 14 años :

“Tengo un sueño que es el Rugby…¿Que cuales son mis sueños para el futuro? Mi gran sueño es jugar al Rugby, especialmente para los Springboks, pero todavía más ser su entrenador. Así que voy a seguir soñando, si lo consigo me hará la persona más feliz del mundo. Imagina jugar en un estadio internacional y ganar. Eso…eso es otro ensayo.”

Impresionante. Tras varias décadas desde aquel ensayo, consiguió hacerse con la Copa del Mundo disputada en 2007 en Francia como máximo responsable deportivo de la Selección Sudafricana Absoluta.

Al día siguiente, al acabar su clase magistral, literalmente le asalté desenfundando su libro apuntándole con el mismo y pidiéndole por favor que me lo dedicara. Muy amablemente lo hizo. Le comenté mi entusiasmo hacia el ensayo que escribió cuando aún era un niño. Tras unos breves minutos conversando, sonrió y me dijo “Keep on dreaming my friend”.

Soñar. Nos llenará de motivos por los cuales movernos. Motivación = Motivos para la acción. Tener un “para qué” hacer las cosas nos facilitará el saber “qué“ y “cómo” hacerlas. Y si no, a buscar como sea la solució a cualquier problema que se interponga en nuestro camino.

Todo este proceso necesitará un posterior plan que llevar a cabo con compromiso y materializándolo en acciones. Esas acciones direccionadas con un sentido de manera consciente y constante, empezarán a ocupar tus días, y es cuando empezarás a navegar por tus semanas, por tus meses, por tus años, sin “envejecer” nunca hasta que finalmente desembarques en ese lugar soñado.

La persona en quien te conviertes por pretender alcanzar tu Ítaca es, probablemente, lo más importante de tu travesía.

Cuando llegues allí, no olvides permanecer unos instantes saboreando el logro y disfrutando de la persona en la que te has convertido por el hecho de partir y poner rumbo hasta amarrarte en esa hermosa isla.

Pero no te acomodes, vuelve a ponerte metas, sueña de nuevo y suelta amarras, abandona la costa de tu hermosa isla y navega de nuevo. Emprende más aventuras, conquista nuevas ITACAS.

Haz caso a Jake , “Keep on dreaming my friend”!

«Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, lleno de experiencias. 
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al colérico Poseidón, 
seres tales jamás hallarás en tu camino, 
si tu pensar es elevado, si selecta 
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. 
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al salvaje Poseidón encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo. 
Que muchas sean las mañanas de verano 
en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 
a puertos nunca vistos antes. 
Detente en los emporios de Fenicia 
y hazte con hermosas mercancías, 
nácar y coral, ámbar y ébano 
y toda suerte de perfumes sensuales, 
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas. 
Ve a muchas ciudades egipcias 
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente. 
Llegar allí es tu destino. 
Mas no apresures nunca el viaje. 
Mejor que dure muchos años 
y atracar, viejo ya, en la isla, 
enriquecido de cuanto ganaste en el camino 
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje. 
Sin ella no habrías emprendido el camino. 
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. 
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, 
entenderás ya qué significan las Itacas».

C. P. Cavafis. Antología poética. 

https://www.youtube.com/watch?v=Rsuy0tpQfWo

Rubén Duque Rubio