Entonces el escultor Pigmalión se arrodillo y pidió a Venus:
“A vosotros ¡oh dioses!, a quienes todo es posible os suplico que me deis por esposa”…
–no se atrevió a decir mi virgen de marfil-
…“una doncella que se parezca a mi virgen de marfil».
Pigmalión nació en Chipre. Escultor de profesión quien decidió no casarse con alguna mujer pues las consideraba imperfectas y por ello decidió pasar el resto de sus días sin emprender la vertiginosa aventura de viajar acompañado de una mujer por este trayecto de ida que llamamos VIDA.
Pasados los años, llegó un momento en el que no alcanzaba la sensación de «plenitud» al vivir una vida sin la presencia de una mujer por lo que esculpió una estatua, una hermosa mujer perfecta para él. Pasaba tanto tiempo admirando su obra que acabó enamorándose de ella. Sentía pasión por su Virgen. La hacía todo tipo de regalos, la hablaba imagino que, como cualquier hombre cuando tratamos de conquistar a una mujer, utilizando sus mejores recursos para enamorarla. Esto lo repetía a diario, la trataba como a una mujer de verdad y auténtica pretendida por un hombre totalmente enamorado. Pasaba horas y horas contemplándola, y de vez en cuando, suavemente besaba sus fríos labios de marfil…hasta que finalmente, aquella estatua…cobró vida.
Cómo tratamos a las personas impacta en su posterior comportamiento.
Cómo tratamos a las personas determina muy a menudo su posterior comportamiento. Tenemos una capacidad de influir en el resto de las peronas muy poderosa, ojo como lo utilizas. ¿ No te has sentido alguna vez inferior cuando alguien te ha tratado como si no valieses nada , sientiéndote pequeñit@ ? o al contrario: ¿ no has tenido la sensación de comerte el mundo porque alguien ha confiado en ti proyectándote esa fuerza para «pelear» e ir a por cualquier cosa que te hayas propuesto? Yo lo comparo con la acción de «minimizar» o «maximizar» la pantalla de un ordenador. Tenemos esa capacidad respecto a muchas personas que pasan a nuestro alrededor por nuestra vida en momentos muy puntuales. Las podemos reducir o por el contrario las podemos ayudar a que se expandan y rompan los límites que generalmente ellas mismas se ponen.
Puedes llegar a influir en la vida, en el destino de alguien. Suena potente, ¿verdad? Lo es. Nunca sabes lo que puedes llegar a contribuir o dejar en la vida de una persona que casual o causalmente se cruzó por tu camino y se metió en el vagón del tren de tu vida durante unas cuantas paradas de tu trayecto para después abandonarlo o…quien sabe, ser un/a compañer@ de viaje hasta el final de los finales.
En mi caso, os hablaré de una de las personas que más me ha influenciado y que aún hoy lo sigue haciendo, quien literalmente ha marcado mi destino acompañándome en un giro de 180° en mi vida.
Hace 13 años recibía un sms de esta persona que me decía que mirara el estado de mi cuenta bancaria. Ahí habría un ingreso suficiente como para pagar el Nivel I del curso de entrenador de Rugby de la Federación Española de Rugby con alojamiento incluido durante una semana en Valencia. ¿ El motivo ? según él mis libros de texto del colegio estaban repletos de jugadas de Rugby y del escudo de mi Club de Rugby ( Liceo Francés C.R ). Del mismo modo, en el único juego de Rugby de ordenador de entonces ( a 16 colores ), tenía creados todos los equipos de la liga española con nombres, apellidos, peso, altura…y con frecuencia ponía a los equipos a competir sin yo jugar, tan solo para observar y posteriormente crear mi propia Selección Española. Yo estaba totalmente obsesionado con ser Seleccionador Nacional, con tan solo unos 15 años.
Esta importante inversión para ayudarme en la iniciación a la formación regulada como entrenador de Rugby la hizo con su primer sueldo tras pasar de recoger vasos en un bar de Dublín a ser contratado por un empresa en aquella misma ciudad.
Confía en la gente antes incluso de que ellos confíen en sí mismos.
Él confió desde siempre en que yo valdría para esta actividad, creía en mi pasión por este deporte y me incitaba, a través de su trato hacia mí, a sentirme capaz y a buscarme un futuro estando lo más cerca posible dentro del entorno del Rugby. Cientos de conversaciones, sms o emails. Gestos. Cada acción con él me hace crecer, extrayendo todo lo mejor de mí.
Años más tarde e inmerso en una situación que en aquel entonces era totalmente negativa para mí, recibí una llamada de nuevo de esta misma persona: » Rubén, acabo de inscribirte en una academia de Inglés por dos meses y te voy a dar dinero para que puedas pagar dos meses de alojamiento en Auckland. Búscate la vida para llegar hasta allí y una vez en Nueva Zelanda, haz por vivir tu sueño, demuestra todo lo que vales, eres un crack «.
Pocos meses después de esa llamada me encontraba al otro lado del mundo lavando platos sin contrato por mi estado de VISA de turista trabajando como ilegal entre 10h y 12h cada día. Pegando a la pared de mi sitio de trabajo hojas con los entrenamientos que llevaría a cabo durante las noches escribiendo los puntos clave de la actividad en inglés para memorizarlos mientras fregaba y poder entrenar de la mejor manera posible.
Claro que hubo momentos duros, muchos. Encontrarte al otro lado del mundo, sin amigos, sin poder casi hablar inglés, apenas con dinero para subsistir…puede provocar que abandones rápidamente o que por el contrario pelees por avanzar. En uno de estos duros momentos, recuerdo que iba cruzando el puente que separaba mi casa de la Academia de inglés con el hermoso Sky Tower de fondo decorando la ciudad, cuando sonó mi móvil. Era un sms de esta misma persona el cual después de un emotivo mensaje finalizaba con un «GO FOR IT» que marcaría de nuevo mis días y mi futuro. No sé cómo pero cada vez que parecía necesitarlo, ahí estaba presente de alguna manera (voz, sms, email, recuerdos…) e influyéndome. Maximizándome.
¿Quién es tu Ángel de la Guarda? ¿o de quién lo eres tú?
Hace unos años leí el hermoso libro titulado «Todos mis hermanos» de Manel Estiarte a quien Guardiola le define como su Ángel de la Guarda. Mientras lo leía, con un desgarro en el corazón al leer aquella obre, pensé: «Sin duda esta persona es el mío».
Cada reto que se me presentaba lo enfoqué desde aquel sms con estas tres poderosas palabras: » GO FOR IT «. Tomó sentido aquella expresión que dice que si tienes claro el «para qué» haces las cosas el «qué» y «cómo» hacerlas salen solas. GO FOR IT , GO FOR IT. Constantemente en mi cabeza esa frase alimentaba mi sensación de ser capaz de entrenar en uno de los países donde el Rugby es su elemento claramente diferenciador.
Al cabo de los meses así fue, pudiendo ser entrenador de uno de los equipos en el Club que más jugadores ha aportado a la Selección Neozelandesa de Rugby, y finalizando con éxito uno de los cursos de entrenador de más alto nivel en aquel país, siendo español y rodeado de Fijianos, Samoanos, Australianos, Neozelandeses…algo un tanto «subrealista» .
Fue en este curso cuando se empezó a despertar mi interés por el Coaching como herramienta tremendamente potente para ayudar a las personas a alcanzar su mejor versión y conseguir las metas que se propongan.
Desde entonces cada charla con él sobre el tema del Coaching ha sido emotiva y pasional, esperanzadora y llenándome de motivos para dedicarme a ello como profesión.
Saca todos tus recursos internos. Sueña y vive tus sueños.
Hoy en día puedo decir que mi vida gira en torno a dos de mis pasiones: El Coaching y el Rugby, habiendo vivido experiencias y emociones de lo más ricas y llenándome de retos pero también de felicidad. De no haber sido por esta persona, creo que no habría conseguido sacar todos los recursos internos y haber caminado por tantos sueños que parecían utopías.
El Rugby, el Coaching y la Vida en general me han dado la oportunidad de viajar por más de 40 países y cruzarme con cientos y cientos de personas de todo el mundo. Muchas de ellas han llegado a «tocarme» de manera especial. No dejes escapar la oportunidad de influir en la gente que se cruza por tu vida, un simple gesto, un comentario, un sms en un momento oportuno. El más mínimo detalle puede dejar huella e influir, transformar vidas.
Ten presente que según les trates así actuarán, dales la oportunidad, sea el ámbito que sea, de sentirse especiales, capaces, ¡¡únicos !! invítales a expandirse y romper barreras. Con frecuencia y colateralmente esto tiene un efecto «boomerang» y te es devuelto de alguna manera, hazlo desinteresadamente, pero te aseguro que así será antes o después.
El día en que te vayas de aquí, una de las cosas más relevantes que perdurarán será la manera en que has influido en las personas. Lo que dejaste en ellas.
Hace poco leía que al final de nuestros días lo único que necesitaremos serán dos metros de tierra. Allí no nos podremos llevar nada de lo material que tenemos en esta vida, nadie. Y por tanto lo que realmente importará será lo que hayamos sido capaces de trascender en las personas que hayan compartido, aunque sea, un pedacito de su VIDA con nosotros, uno de aquellos trayectos entre parada y parada subidos en el tren de nuestras vidas.
Esta reflexión va dedicada a todos aquellos familiares, amigos y amigas, jugadores y jugadoras y personas en general que de algún modo traté de ayudar a maximizarse y a, como dice mi querida amiga Patricia García, «enamorarles» para impulsarles hacia sus sueños. Sin embargo no saben que el que más ha recibido de todos he sido yo a través de ellos. Y muy en especial, va dedicado a mi hermano Borja, mi ángel de la guarda, el Pigmalión que me imaginó con alas y me empujó a un precipicio para que se hiciesen realidad y aprendriea a usarlas. Por hacerme sentir imparable.
Gracias hermano. Gracias fueguito, por encender en mí la llama de la posibilidad que nunca supe yo mismo prender.
» Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fueguitos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.» Eduardo Galeano. El libro de los abrazos.
Arde, préndete fuego y haz brillar a los pasajeros de tu vagón, en todas las paradas, a lo largo de todo el trayecto. Hasta el final de los finales.
GO FOR IT !!